
Critica de Disobedience
Por Dionar Hidalgo, 11 de Julio 2017

Película: Disobedience (2017)
Director: Sebastián Lelio
Guion: Sebastián Lelio y Rebecca Lenkiewicz
Basada en la obra Disobedience de Naomi Alderman
Reparto: Rachel Weisz, Rachel McAdams y Alessandro Nivola
Puntuación: 8
Voy a empezar diciendo que este filme, es de esos que te puede gustar o simplemente pasar si pena o gloria por tu mirada, no voy a decir que es una película que tienes que ver por ley, por qué no, pero su trama es impórtate para estos tiempos, y es un filme que busca profundizar en las emociones humanas, llevando a los personajes a situaciones poco favorables, pero que es parte de la vida de ellos. Su director expone en diferentes temas como las religiones oprimen al ser uno mismo y la aceptación de uno como humano.
La historia inicia con la noticia de una muerte repentina de un rabino, cuyo es el padre de una fotógrafa que vive en Nueva York, que queda impactada por el reciente suceso la cual la lleva a regresar a la comunidad en la que creció, donde volverá a ver a personas que la marcaron antes. Al llegar, todos parecen sorprendidos, como si su presencia no fuera deseada. Poco a poco, los comentarios inician y se revelan secretos de su pasado.
En un mundo perfecto, para valorar completamente la película y sus develamientos, lo mejor sería no saber más. Desafortunadamente, los posters y tráiler ya cuentan bastante el argumento. A pesar de todos esos detalles, el director logra mantener con bastante esfuerzo la trama, y va revelando los detalles poco a poco, pece que uno los principales problema del filme, es que cuesta arrancar, y decirnos que va ocurrir, lo cual la primera media hora, es un poco monótona y puede caer, luego de ahí empieza la emoción, y vamos conectando con las protagonista de la historia. Solo que algunas escenas no logra conectar con la audiencia, y no provoca esa emoción como se debería de haber tenido.
El amor prohibido entre dos personas es definitivamente un artilugio utilizado en muchas de las historias románticas del cine y la literatura. Si bien las relaciones homosexuales han estado contándose más a menudo recientemente, el director tiene una chispa que lo distingue de otras películas recientemente promovidas por un público más amplio. La pareja y su romance no es un pretexto para utilizar el arte y adornar la historia, sino que es artística en sí misma, involuntariamente y en esencia. La novela de Naomi Alderman esta fielmente adaptada, lo cual es un gusto que se respecte la obra.

El director Lelio crea una postración que hace de cada beso sea un clímax romántico entre ambas mujeres. Los protagonistas son, sobre todo, personas que se aman antes de ser “rebeldes” o “atrapadas en un mundo que no es el de ellas”; ambas son alegorías del deseo y se funden en un ser platónico. El poder evocador no está en la pose, si no que teje la atracción como un lienzo sublime pero terriblemente frágil.
El filme nos da a conocer a los personajes sin caer en juicios, no los juzga y no los ridiculiza. Y aunque podríamos apuntar a ciertos personajes y convertirlos en seres odiosos, hábilmente solo los muestran como fieles a su religión, según la cual viven y como seguidores de los preceptos que defienden y creen. La idea más importante es principalmente la de reflejar la necesidad de las personas que operan en un sistema ultra-conservador, de emanciparse y vivir de acuerdo con sus propios valores. En esto, el mensaje es universal. Lelio y su director de fotografía Danny Cohen buscaron reflejar con imágenes de bajo contraste, evitando a toda costa los colores cálidos.
Mientras que en su película anterior de Lelio, la ganadora del Oscar a película de lengua extranjera Una mujer fantástica, inicia mostrando una paleta de colores vivos, que nos introducen en el mundo feliz de dos enamorados, en Desobediencia vemos un cambio drástico en la cinematografía y en su colorimetría. Sin los impulsos coloridos mencionados, en un ambiente (aparentemente) tan aburrido y riguroso, el más leve toque de luz adquiere la apariencia de un sol brillante. Aquí es más bien un gris permanente que ilumina la piel, la misma que trasciende melancolía; el tratamiento de los cuerpos y sus siluetas son algo brillante. Y, sin embargo, el director filma la piel de sus heroínas, siempre cubierta por capas de ropa, debajo de pelucas … Cuanto más se reprime a los amantes, incluso físicamente, más se excitan. Una elección que acentúa la austeridad que rodea a los personajes y separa a la comunidad del resto del mundo.
Algo que hay que aplaudir son las excelente actuaciones dela triada protagonista, cada uno tiene su momento brillante, es de elogiar a cada uno, la puesta de escena es cuidada, se nota que hay una dirección de actores, se nota que hay química en todos, principalmente entre Rachel Weiz y Rachel McAdamas aquí la dupla es algo increíble. Cada uno expresa sus sentimientos, y buscan entender la vida y lo que es ser libre.
Disobedience es un filme exquisito, brillante, que te sumerge en una situación incómoda, pero sensacional, que no busca juzgar; solo busca plantear un contexto de una historia de dos persona que se aman, pero que es una relación prohibida,