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Critica de The Disaster Artist

Película: The Disaster Artist (2017)
Direccion: James Franco
Guion: Scott Neustadter y Michael H. Weber
Basada en The Disaster Artist, de Greg Sestero y Tom Bissell
Reparto: James Franco, Dave Franco, Seth Rogen, Alison Brie​, Josh Hutcherson y Jacki Weaver
Puntuación: 8

He aquí una película con una idea tan descarada, como fascinante,  que si te la cuentan no lo creerías.. que te cuenten de una historia tan insólita como la vida misma... y James Franco lo supo hacer y nos trae un filme que relata la los hechos de una obra tan mala que es un filme de culto por eso mismo. 

La idea seria así, dos aspirantes a actores se mudan a Los Ángeles para probar suerte en los diferentes castings y hacerse un hueco en el mundo profesional. Ante la sucesión de múltiples negativas que recibe uno de ellos, Tommy Wiseau, decide escribir, dirigir, protagonizar y producir su propia película llamada The Room, y que es de la cuales considerada como una de las peores películas en la  historia del cine, su nombre venia hacer incoherente, absurda, penosa, cutre, surrealista... única. Como bien se dice al principio: "si les dices a los diez directores más talentosos de la actualidad que la repitan, no serán capaces ni de acercarse a lo que es".


Semejante despropósito solo podía crear un seguimiento equivalente, y  que la película infló su leyenda en sesiones golfas, impactando a toda la gente del mundillo, mientras su protagonista/director/productor/guionista Tommy Wiseau ganaba fama por haberla parido.


'The Disaster Artist' como podría parecer en un primer momento, seria una comedia sobre la creación de tan magna "obra maestra": como el poster te dice "basado en hechos reales" ; lo cual  esto es un intento por comprender mas al fondo de la lo que es la leyenda de un hombre tan poco conocido como es  Tommy Wiseau, desde el respeto, pero sin faltar a la verdad en su descacharrante personalidad.


Su introducción ya  nos deja esto claro, al presentándolo como una figura mítica y rara, mientras el hombre lo está dando todo, a su aire, libre, intentando replicar a un Marlon Brando que el pobre se revolvería en su tumba si pudiera verlo.


El público con solo una idea no para de ríer, todos nos reímos, porque es imposible no hacer otra cosa, incuso Greg Sestero le ve y solo piensa "quiero ser como este tío, y perder el miedo a expresar lo que me apasiona": un punto de vista a contracorriente, que le hará su amigo cuando todos los demás le tomen por loco, y que bien pensado no deja de ser razonable.


James Franco se sumerge en todo sentido, el pelazo, mentón y párpado caído (grandioso párpado caído) de Tommy Wiseau, metiéndonos junto a Greg en un planeta en el que nunca se grita lo suficientemente alto mientras se interpreta o nunca es demasiado tarde para visitar un homenaje a James Dean, uno en el que su risa característica y sus expresiones sin sentido dibujan primero a un solitario que acaba de encontrar a alguien que le escucha, y después a un soñador que se ha llevado todas las negativas posibles.


Estamos en una comedia porque lo  es gracioso de por sí, pero las risas permiten pasar por alto el fondo trágico que hay detrás, que sólo se muestra de vez en cuando y que cuando lo hace es más doloroso que cualquier otra cosa, y eso es el sentimiento de ser uno, de entnder como es uno como persona y como ser humano, que aunque somos diferentes, tenemos ideales y sueños..y ese es el punto fuerte del filme. 


Para todos, Tommy Wiseau es un ridículo que ni en un millón de años (ni después tampoco) tendría una oportunidad en el cine, pero él mismo se ve como un artista incomprendido, ante una industria que cada vez que puede le y nos recuerda su frivolidad y superficialidad.


La película nos convierte en parte de todos los que no creyeron en él, sin quererlo: nos reímos cuando Tommy se pone a escribir para romper las ideas preconcebidas sobre su persona, nos reímos cuando su sueño compartido con Greg está pendiente de un hilo, nos seguimos riendo cuando no tiene ni idea de rodar y aún así pone todo el dinero y recursos de los que es capaz para hacer su guión realidad.
Es fácil olvidarse de que, tras los castings  y las decisiones cuestionables, había una persona tratando de demostrarse a si mismo que no tenía por qué ser el monstruo de Frankenstein que le dijeron que era (mítico momento en la historia)


Y precisamente hay un punto de la historia en el que la mezquindad de Tommy le gana la partida a la gracia que nos hacía, y a punto estamos de volverle la espalda como su amigo y colaboradores, pensando que pobre  el que está abusando de todos para conseguir una película de mierda.


Pero, en una escena clave, el monstruo se baja de sus altares y el público se sube a su particular planeta: Greg Sestero  silencia risas inicialmente crueles que resuenan en la sala de cine, y se permite transformarlas en una bonita reflexión sobre la relación director-espectador, estableciendo que no importa si una película es recibida con premios o con burlas, sino que cuál es el recuerdo que deja.
 

asi que si cuesta perseguir un sueño, y aún más que duela creer alcanzarlo para darte cuenta de que en realidad estás mucho más lejos de lo que se pensaba. Pero Tommy Wiseau hizo una película irrepetible, que nadie más habría podido hacerla (como se demuestra en los créditos finales, imprescindible verlos hasta el final), y solo por eso es el artista que dijo ser, aunque nos haya costado aceptarlo. Han tenido que pasar años de mofas y sesiones golfas, pero su sello sigue, plasmado en una película,  que para que volvamos a darnos cuenta de lo único que resulta.


Y si hay algo que me deja es  ese sentido de homenaje a los soñadores, y al cine que va mas de lo que crees y que consigue efectivamente, ver mas esa idea loca pero real

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