Cuando ves un poster de una película con un elenco como Gleen Close y John Malkovich uno dice, aquí hay algo interesante, dos actores de peso, con un gran talento, y sientes que nada va salir mal, que lo que veras será algo bueno. Pero luego, empiezas a ver, y lo que ves te rompe el corazón, la idea atractiva, se va desvaneciendo como un soplo de verano, tus sentimientos cambian, y te dices: “Que carajos estoy viendo”… pues bien esos fueron mis sentimientos cuando vi The Wild Wedding.

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De que va todo esto, pues bien; una estrella de cine retirada, prepara su boda con el que será su cuarto marido, el famoso escritor inglés Harold Alcott. Para tan esperado evento, se reúnen en su casa de Nueva York, toda su familia, entre ellos, el ex-marido de Eve. Allí vivirán un fin de semana donde todos se conocerán más profundamente pero esto también trae consecuencias que el futuro matrimonio no se podría ni imaginar.

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The Wilde Wedding, toda la pinta de comedia romántica, con pesos pesados, era imposible esperarse nada del otro mundo. Pero, ¿acaso un reencuentro cinematográfico entre la Marquesa de Merteuil y el Vizconde de Valmont, en tono de comedia y donde ambos interpretan a viejas estrellas del cine, no podría ser al menos entretenido? Pues la respuesta es no. No es entretenida, es absurda, tonta y aburrida (Adjetivos calificativos muy propios).

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Una película dirigida sin ganas por Damian Harris, no logra colocar la cámara en ningún punto, los encuadres son sucios y sacados de la manga, aquí la dirección de actores no existe es casi nula, los veteranos saben lo que hacen y su director los deja que brillen, el reparto juvenil está perdido, no logran compenetrar con los adultos, así que con todo lo demás se pierde.

Su narrativa, es torpe, y muy cliché, eso sí, cumple con todos los requisitos de estos tipos de películas, solo que nunca logra motivar, o emocionar al espectador, el desarrollo es lineal y banal, cae en lo predecible como la copa que siempre lleva Close en su mano, con cada sorbo esto se va cayendo.

Los personajes son planos, entran y salen sin sentido, con diálogos cursis y chistes baratos, aquí nada brilla y todo queda en nada. El conflicto termina un tanto chocante y atropellado.

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Eso sí le rescato la fotografía que es bonita para este tipo de historia, sus tonos son calidos y elegante. Las actuaciones de Close y Malkovich están bien como ellos saben hacerlo, no brillan pero están a la altura de este chiste barato.

En definitiva: Un punto por lo bien que le queda la peluca a Close, otro punto por el oficio de la propia Close y otro último por lo bien que está envejeciendo el jodido Malkovich.