
Opinión: Cierre de Temporada de Premios 2018-2019
Por Dionar Hidalgo, 25/02/2019

La última vez que tuvimos una ceremonia del Oscar sin presentador fue paradójicamente en 1989, hace 30 años donde gano una película muy parecida a Green Book, sí; esa cinta fue Paseando a Miss Daysi.
Es que realmente la ceremonia del Oscar fue ágil, es la más corta en cinco años, duro tres horas y 20 minutos, donde el mayor problema que querían afrontar era su duración y lo lograron, entonces podríamos pensar que el mayor problema que enfrenta la academia es tener un conductor, pues pensemos que sí. Pero es que la gala pese a todo que fue ágil y rápida, no significa que con ritmo, se notó que le faltaba brillo o incluso digamos arte. Se notó que mucho estuvo sacado de la manga, con tomas tonta donde se veía que entregaban el sobre y así, hacia a la ceremonia deslucida. Y para males nunca se logró momentos memorables, salvo que solo recordemos con el pasar de los años a Lady Gaga en llorarle a Bradley Cooper, o el increíble discurso de Olivia Colman, esos serían las cosas que iremos a recordar.
Con tan poco tiempo de margen, la academia decidió emprender una salida un toque más fácil, y esa salida les salió un tanto irregular. Este año la gala inicio con dos actos medio inteligentes, porque pese que fueron acertados fuero un toque desaprovechados, el potente Queen (con solo dos canciones) sin mayor lucidez y el breve pero efectivo tramo de Tina Fey, Amy Poehler y Maya Rudolph, ellas tres pusieron la idea alta de que así con un tono fresco y relajado se puede llevar la gala, sin caer en lo aburrido y sin presentador.
Ser una gala del Oscar realmente no se puede dar el lujo de venderse a las masas, se debe recordar que estos premios nacieron para reivindicar el arte y como tal aquí es donde medio falló, y se vendieron para complacer al público popular, salvo los premios de Roma y la Favorita. La Victoria de Green Book puede ser un retroceso a lo que nos venía mostrando la academia en los últimos años, donde films como Birdman o The Shape of Water era ese cine de autor que dando será recordado. Green Book recuerda a esas infames ganadoras como El Discurso del Rey o Crash, donde con el paso del tiempo se quedaran en el olvido, donde nadie las recuerde o que sea un referente a la cultura pop, o incluso la película que le gano a Roma.
Pero el gane de Green Book, habla más de como la academia y los grandes estudios tienen miedo a afrontar los cambios como tal ante las nuevas generaciones millennials que abrazan fuertemente la era de la tecnología y los retos o las nuevas diversidades, este triunfo de esta cinta recuerda lo fue la derrota en su momento de Secreto en la Montaña o de La Red Social que ambos films son más recordados que las ganadoras de ese año, lo cual lleva a pensar que Green Book va sufrir las mimas consecuencias.
La diferencia de ese momento con este, es que debemos ver que estamos en la era de #MeToo, y eso engrosa mucho más de lo que podemos hablar u opinar, y si la academia no quería molestar a nadie la cinta de Peter Farrelly era la ideal, ante films de mujeres brillantes y poderosas como The Favourite o Roma un pieza de arte sobre mujeres y el paso del tiempo. O tenían una película dura y fuerte que exponía lo que realmente es la sociedad Americana (Blackkklansman), darle el reconocimiento a Green Book fue lo más fácil y menos complicada.
En cualquier caso, lo que sucedió anoche no se puede catalogar de sorpresa. La película de Peter Farrelly ganó el Premio del Público en el Festival de Toronto, triunfó en los Globo de Oro y, lo que es más importante, consiguió el premio del sindicato de productores que votan igual que la academia. El único problema en su camino, además de las diversas polémicas en las que se ha visto envuelta, fue la ausencia de Farrelly en mejor dirección, pero que eso no fue el mayor problema para el gane. Y claramente la victoria de Green Book está siendo duramente criticada por la prensa especializada y muchos dicen que ya es hora de cambiar el sistema de votación el preferencial (lo cual apoyo).
La mayor sorpresa de la noche llegó cuando Olivia Colman desposeyó a Glenn Close el premio a la Mejor Actriz. Aunque la victoria de la británica fue más que merecida, resulta imposible no sentir empatía por Close, una leyenda viva de la interpretación que llegaba a los Oscar como la máxima favorita al premio pero se fue de la ceremonia cosechando su séptima derrota y a la espera de un nuevo papel que la ponga en la mira de los académicos.
La carrera de la temporada de premios que hoy termina será recordada como una de las peores de la historia reciente. En primer lugar, por culpa de una Academia que no ha dejado de dar pasos en falso desde se les ocurrió inventar un (posteriormente cancelado) Oscar popular y de ahí todas las tonteras que vinieron diciendo y luego retractándose. Y en segundo lugar, porque el palmarés final de esta edición es uno de los más deslustrados de los últimos tiempos donde solo se van por las masas.