
Critica de God's Own Country

Película: God's Own Country (2017)
Dirección y Guion: Francis Lee
Reparto: Josh O'Connor, Alec Secareanu, Ian Hart y Gemma Jones
Puntuación: 9
Es increíble cuando ves un filme que te deja esa sensación de emociones y sentimientos encontrados, que cuando terminas de ver un filme, estas complacido y eso es lo mejor de una buena película, para mi el primer largometraje del realizador británico Francis Lee lo logra y con mucho empeño, aquí nos traslada a una granja de Yorkshire para contarnos el nacimiento de una relación amorosa no exenta de complicaciones
Siento que es lo bastante habitual que los filmes que retratan una relación homosexual sean calificadas de forma automática como películas de temática gay, creo que ya en nuestros tiempos esa etiqueta se debería de dejar, ya que resulta a veces injusta, pues el hecho de que uno o varios personajes respondan a cierta tendencia sexual no se debería marcar, así que God's Own Country es un drama romance como cualquier otro que podamos ver.
La cinta del británico Francis Lee, nos relata la historia de Johnny (Josh O'Connor), un joven que dedica todos sus esfuerzos a sacar adelante la granja de su padre. Johnny escapa de su rutina emborrachándose en el pub de su pueblo y teniendo relaciones sexuales esporádicas con otros hombres. El conflicto no nos lleva en que a Johnny le atraigan otros chicos, si no su problema e incapacidad para implicarse emocionalmente con nadie. Esto cambia con la llegada de Gheorghe (Alec Secareanu), un inmigrante rumano que llega a la granja para echar una mano en su mantenimiento. La atracción entre ambos no tarda en materializarse y poco a poco presenciamos como el arisco e introvertido Johnny se abre a los sentimientos que le invaden, revolucionando lenta pero imparablemente su vida emocionalmente.
La manera en que su director nos lleva a las emociones y complicaciones con la que vive el personaje, nos deja sentir y observar lo mas humano posible como vemos que va cambiando y como logra abarcar todo lo que nos quiere decir, su historia no es la típica obra de drama de aceptación social, es un romance clásico entre dos chicos y como logran idealizar sus vidas, así como el personaje de Josh O'Connor va madurando y aclarando sus sentimientos y dificultades.
Francis Lee dirige con maestría una película que alcanza la excelencia gracias a una minuciosa atención a cada detalle. La cámara no se separa de los rostros y los cuerpos de los personajes, observa el sobrecogedor paisaje como si quisiera apropiarse de él y, de ese modo, nos lleva de la mano por el siempre hermoso y a la vez complicado proceso del enamoramiento.
En medio de todo esto la película aborda de una forma certera los asuntos de la hostilidad a la que tienen que hacer frente las personas que abandonan su país de origen en busca de un futuro más prometedor. Sin cargar las tintas en ello, Lee nos hace partícipe del sufrimiento de Gheorghe por tener que enfrentar con estoicismo insultos y humillaciones por el mero hecho de haber nacido en determinado lugar. Esto se recalca con lo complicado de las relaciones paterno filiales que también está presente en la película, con un Johnny que lucha por sacar adelante el lugar al que su padre ha dedicado su vida, pero que es incapaz de demostrarle de otra forma el cariño que siente por él.
Las actuaciones son profundas y bien logradas, sus jóvenes actores se entregan de una manera que nos hace sentir una conexión que hay entre ambos personajes.
God's Own Country es una gran película que utiliza sus maximos los recursos para convertir una historia que poco tiene de extraordinaria en una experiencia inmersiva, que invade cada uno de los sentidos del espectador haciendo imposible dejarla a un lado una vez se termina el filme. La total entrega de Josh O'Connor y Alec Secareanu a de dar vida a la pareja protagonista consigue que el espectador acabe totalmente implicado con los personajes, deseando el mejor de los futuros posibles a estos dos hombres enamorados.
