
Critica de Phantom Thread

Película: Phantom Thread (2017)
Dirección y Guion: Paul Thomas Anderson
Reparto: Daniel Day Lewis, Lesley Manville y Vicky Krieps
Puntuación: 10
Cuando en escena aparece la Obsesión, la belleza, la dominación, la sumisión, sabemos que hay algo mas que no vemos o que intuimos... P.T. Anderson vuelve a maravillarme con esta delicada y oscura caricia de veneno. Un romance malsano entre un creador y su musa en el neblinoso Londres de los años 50, pero sobre todo, es un retrato psicológico de unos personajes tan herméticos como atormentados, que sus pasiones y represiones son los ejes que los dominan, para poder ser "felices".
P.T. Anderson ("Magnolia" o "Pozos de ambición") es de esos directores que uno le sigue la pista y que cada trabajo va mas de lo que nos ha mostrado, fue uno de los "enfants terribles" del Hollywood de los noventa. Digamos que ha sido así como el primo trascendente e intelectual de Quentin Tarantino, ya que ambos se forjaron su carrera y respecto en la misma epoca. Entonces debemos decir o mencionar que "El hilo invisible" es una película de autor, un film de ejercio de su director, que en cada toma , momento o palabra el esta presente . Es un filme tan pretenciosa y personal como el resto de la obra del director californiano, genio para unos, solemne pedante para otros. Con la particularidad de que en esta ocasión, casi toda la historia se cose lentamente en íntimos, y opresivos, interiores, en una casa, o un taller.
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Puedo decir Daniel Day Lewis ( Aunque el interprete irlandés asegura que ésta será su última interpretación, si así fuera, que no lo creo, puede dormir tranquilo). Interpreta a un ficticio modisto Reynolds Woodcock , un personaje diseñado a su medida: magnético, inquietante, seductor... un artista obsesivo y controlador. Un autoenclaustrado en su palacio/taller, que se ha ganado el respeto y la admiración de todo el mundo a base de talento y trabajo, pero capaz de helar la sangre a aquellas que, atraídas por su magnetismo, terminan pegadas a la tela de araña.
Anderson nos trae este tipo de personaje masculino nuevamente, es un hombre atormentado y de sombra alargada, pero que en esta ocasión está refugiado en el centro de un universo femenino que gira a su alrededor, protegiéndolo unas veces y tumbándolo en otras, y en el que destacan tres fuerzas: Su fallecida madre, sin presencia física en la película pero cuyo aura impregna las paredes de la casa al más puro estilo Rebeca; su omnipresente y misteriosa hermana, interpretada de una forma brutal de precisión por Lesley Manville; y la coprotagonista, a la que da vida Vicky Krieps, una hermosa joven decidida a enseñarle al modisto gruñón el camino del amor. Aquí Krieps es el alma de filme, su actuaccion es esplendida, es una mujer que roba toda una escena, su presencia es bestial, magnética, ella es el hilo fantasma, sus momentos son descaradamente hechos para estar tu a tu con Day Lewis, la química en ambos es de lo mejor en años. Bien puedo decir que Anderson vuelve a mostrarnos que es un director que puede controlar a sus actores.
Si algo tiene la cinta es una Fotografía exquisita, la cámara marca muy bien los detalles que hacen que el filme tome su cometido, que nos deslumbre, su atmósfera es fría y dulce a la vez, llegamos a sentir ese misterio, que marca muy bien a los personajes. Otro de los sellos característicos de Anderson que en esta ocasión es también el responsable de la dirección fotográfica . Apenas hay exteriores, Londres se vislumbra a través de las ventanas, y la espectacularidad que viene más dada por la belleza del vestuario que por complejos movimientos de cámara. Woodcook vive en un ambiente de tonos gélidos, sólo la hoguera de colores que desprenden los vestidos calientan su existencia. Es así hasta que aparece la chica, casi siempre matizada por una luz amarilla que amenaza con invadir el ambiente hasta instalarse finalmente en perfecto equilibrio con los clásicos azules del director.
Su música es a la medida, cada momento esta bien mezclado con la escena que vemos, la partitura del compositor Jonny Greenwood, es misteriosa, romántica y a la vez claustrofobia , en ella sentimos lo que vive el personaje de Day Lewis, y aquí toda esa tensión y romanticismo se traduce en cada nota.
La historia puede ser un poco lenta, pero es que así es la única forma que funcione, tenemos que conocer a los personajes, ocupamos saber sus cosas, sus locuras y sus miedos, y eso lo sabia muy bien Anderson a la hora de retratar cada tormento, cada acción y cada giro que hay en la historia, y eso es lo que hace que un filme como este sean tan bestial como lo es.
Paul Thomas Anderson sigue siendo uno de los mejores en el negocio, y si Inherent Vice te había hecho pensar que el cineasta había perdido su toque, Phantom Thread es un tapa boca de los buenos. Es cine en su máxima expresión; paciencia, locura, belleza, y honestidad. Todos en el mismo paquete; todos enredados, sin saber donde termina uno de estos sentimientos y donde empieza el otro. Los años le han dado sabiduría a Anderson, y no puedo esperar a ver que más nos dará este genio, que puedo decir que va ser de lo mejor que veremos este año, una joya hermosa.

