

James Mangold se pone entre Shelby y Miles

Hay un momento cuando vas a 7,000 RPM donde todo se desvanece.
La máquina se vuelve ingrávida. Desaparece.
Todo lo que queda es un cuerpo que se mueve a través del espacio, y el tiempo.
Cuando vas a 7,000 RPM, es cuando lo conoces. Es ahí donde te está esperando.
Del realizador nominado al Premio de la Academia® James Mangold, virtuoso director detrás de Walk the Line y Logan, nos llega una película inspirada en un drama de la vida real acerca de una intensa amistad que cambió para siempre la historia del automovilismo.
En 1959, Carroll Shelby (Matt Damon) estaba en la cima del mundo después de haber ganado la carrera más difícil de todos los deportes de motor, las 24 horas de Le Mans. Pero a su triunfo más importante le siguió un golpe demoledor; los doctores le comunicaron al intrépido texano una condición cardiaca grave que le impedirá volver a correr otra vez. De ingenio inagotable, Shelby se reinventa como diseñador y vendedor de automóviles, cosa que lo lleva a trabajar en una bodega de Venice Beach con un equipo de ingenieros y mecánicos, entre los que se encuentran el irritable piloto de pruebas Ken Miles (Christian Bale). Un piloto británico campeón y hombre de familia; Miles es brillante tras el volante, pero también es franco, arrogante y reticente a comprometerse.
James Mangold
Después de que los vehículos de Shelby llevan a cabo una demostración sólida en Le Mans contra el venerable italiano Enzo Ferrari, Ford Motor Company recluta al revoltoso visionario para diseñar lo último en automóviles de carreras; una máquina que pueda incluso derrotar a Ferrari en la despiadada pista francesa. Determinados a triunfar contra probabilidades abrumadoras, Shelby, Miles y su equipo variopinto luchan contra la interferencia corporativa, las leyes de la física y sus demonios personales para desarrollar un vehículo revolucionario que eclipse a toda su competencia. Pero sus incansables esfuerzos les cobran una factura difícil para estos hombres intrépidos, la victoria siempre tendrá un precio.

UN DRAMA DINÁMICO Y CON CARÁCTER ACERCA DE LA AMISTAD QUE REDEFINIÓ EL AUTOMOVILISMO
Es una de las historias más legendarias en la historia de los deportes de motor. Carroll Shelby, trabajando de la mano con su decidido piloto de pruebas Ken Miles, desarrolla un auto revolucionario que supera una flotilla de vehículos construidos por la legendaria figura italiana Enzo Ferrari en la carrera de 1966 de las 24 horas de Le Mans.
James Mangold se pone entre Shelby y Miles
El director James Mangold estaba emocionado ante el doble reto que el proyecto le ofrecía: la oportunidad de montar emocionantes secuencias de carreras, que en esencia, pusieran a la audiencia adentro de los bólidos con estos pilotos temerarios, y la vez la oportunidad de narrar la amistad turbulenta entre Shelby y Miles. Los dos tenían personalidades bastante marcadas y exuberantes como lo dice su director:
“Siempre le han llamado la atención los héroes reacios, gente que se rige bajo un código moral sólido muy propio, con frecuencia idiosincrásico, y que en ocasiones no resultan ser muy respetuosos de las leyes”, comenta Chernin. “El atractivo para él por hacer un drama suntuoso de gran alcance con una acción de alto riesgo era inequívoco. Nadie hubiera podido combinar la belleza y el alma en esta película de la manera en la que él lo hizo”.
—Shelby, muy agradable; Miles enojón y sin filtros—, pero estaban unidos por una pasión por la innovación y un amor continuo por el automovilismo.
Por ponerlo en pocas palabras, a Shelby y Miles los impulsaba la excelencia, incluso si ello significara poner sus vidas en riesgo cada vez que se ponían tras el volante. “Se entendían entre ellos al nivel más profundo”, dice Mangold. “Cuando Shelby se enfrenta al hecho de que ya no puede correr más, se reinventa de ser un piloto a un diseñador y vendedor de coches, y Ken se vuelve un conducto para los sueños de Shelby. Pero Ken no puede quedarse callado o controlarse en situaciones corporativas y publicitarias. Dice lo primero que le viene a la mente, así que Shelby adopta el papel de protector o vocero de Ken. Tienen una relación muy simbiótica. Uno llena el espacio cuando el otro lo deja”.
“CONTRA LO IMPOSIBLE es el tipo de película que me recuerda la razón por la que me metí en la industria cinematográfica en primer lugar”, comenta el productor Peter Chernin con respecto a lo que le atrajo del proyecto. “Es una experiencia cinematográfica inmensa, emotiva y distintiva, que abarca todas las razones por las que queremos estar sentados en una sala de cine. Queremos estar comprometidos. Queremos que nos conmuevan, llorar, reír…sentirnos inspirados. Esta película es todo eso y más”.
Chernin estaba emocionado de que el director James Mangold estuviera enganchado después de varios años de desarrollar el guion. Mangold ya tenía experiencia en contar historias satisfactorias y emotivas acerca de figuras históricas y relatos dramáticos de forasteros.
“El reto fue ver cómo íbamos a navegar por esta historia para que las audiencias sintieran el amor, la camaradería y la energía de estos pilotos, diseñadores, mecánicos y equipo de boxes, sin que sólo dependiera de un tipo de victoria trillada”, añade Mangold. “Sentí que, si podíamos profundizar lo suficiente en estos personajes únicos, las victorias y derrotas en las carreras pasarían a un segundo plano en relación con conservar o perder sus vidas”.
La clave en el método de Mangold fue crear un retrato más naturalista de cómo era la vida para Shelby y Miles. En una era moderna en la que el espectáculo de las gráficas por computadora ha llegado a definir muchos éxitos taquilleros, el director sintió que en CONTRA LO IMPOSIBLE era fundamental abordar la acción del proyecto de una manera práctica para, por un lado, representar de una manera más precisa la década de los ’69, y, por otro, ayudar a la audiencia a entender lo que estos pilotos experimentaron mientras se llevaban a ellos mismos, y sus autos, a los límites más extremos.

“En una época en la que las películas de acción recaen en gran medida en gráficas por computadora, mi objetivo era que pudiera haber algo muy análogo, real y crudo en la película, en la sensualidad de estas bestias, de los automóviles, sus motores y el peligro intrínseco”, comenta Mangold. “Estos personajes están manejando en un delgado armazón de aluminio a 321kph alrededor de una pista. El milagro que representó ser su osadía y su supervivencia bajo estas circunstancias fue algo que quería transmitir a como dé lugar”.
Mangold acota, “Esta película es acerca de personajes que luchan por la excelencia, que intentan ir en contra de los inicios del pensamiento corporativo, probado en el mercado. En nuestro país es una lucha esencial del siglo XXI; los riesgos, las osadías y los brotes de instinto que se requerían para inventar muchas de las cosas que definen a nuestro país son cosas que ahora tenemos miedo de hacer”.
Chernin añade: “Siempre sentimos que esta película podía ser muy interesante porque es acerca de los conflictos tras bambalinas y las decisiones de gente apasionada, competitiva, motivada, mítica, atrapada en el mismísimo momento en el que el panorama estadounidense estaba cambiando del optimismo de la posguerra de la década de los ’50 y principios de la del ’60, al más cínico de finales de la década de los ’60 y principios de los ’70. Es también el mejor tipo de historia estadounidense del desfavorecido que logra salir adelante, y una llena de nostalgia”.