

Día3 CRFIC 2017:
Critica de In the Fade y Loving Vincent

Película: In The Fade (2017)
País: Alemania
Dirección: Fatih Akin
Reparto: Diane Kruger y Denis Moschitto
Puntuación: 6

Película: Loving Vincet (2017)
País: Reino Unido
Dirección: Dorota Kobiela y Hugh Welchman
Reparto: Douglas Booth, Jerome Flynn y Saoirse Ronan
Puntuación: 8
El tercer día de la jornada del festival logre ver dos obra tan distintas como interesantes una mejor que la otra, rescato mucho la organización de esta vez fue más que satisfactoria. Por su parte, la Sección Panorama vimos la nueva obra en turno de Fatih Akin, director alemán de origen turco que presentaba 'In the Fade', un drama protagonizado por Diane Kruger.
'In the Fade' está inspirada en los asesinatos que en 2011 cometió la National Socialist Underground, grupo neonazi aún en activo, algo que muy pocos sabemos y que todavía en plenos siglo XXI existen gente así, por razones xenófobas. Lo más sorprendente del asunto -aunque el crimen de por sí ya lo es- en opinión del director fue que la investigación se centrase más en el pasado de los fallecidos, trazando sus vínculos con el tráfico de drogas, que en el hecho que eran las víctimas de un asesinato.
Akin nos cuenta los hechos a partir de la figura de Katja (Diane Kruger), una mujer alemana que pierde a su marido e hijo en un ataque con una bomba. Tras un intenso periodo de duelo, llega el juicio en que Katja tiene que hacer frente a la ferocidad del abogado defensor por desacreditar su testimonio y manchar el honor de su difunto marido. Por si fuese poco, el sistema de justicia más preocupado por ser políticamente correcto la deja totalmente desamparada obligando a la mujer a tomar la justicia/venganza por su propia cuenta. Kruger encarna a la madre y esposa sufrida que nada tiene que perder en su cruzada por rendir cuentas con el enemigo. El realizador alemán ha querido recapacitar sobre un problema global: el imparable terrorismo y el preocupante auge de los nacionalismos de extrema derecha a partir de la historia personal de Katja. Si algo cabe reprocharle a Akin es quizá ese desequilibrio entre las partes del relato, ya que la descripción del duelo y el proceso judicial resta tiempo para un desarrollo consistente de la venganza final. En todo caso, cabe destacar el trabajo de Diane Kruger en la que es su primera película hablada en su idioma materno.
El problema de In the Fade es que su director quiso que veríamos tanto que no logro crear esa emotividad que se buscaba, su planos son dispersos y hasta un poco chocantes, la cámara se mueve muy deprisa y no te deja entender más de lo que debiéramos. Como dijimos, In the fade se cuenta en tres partes, la mejor es la primera, aquí su actriz se luce de maravilla, cada toma, cada memento es increíble, lastimas que en la segunda se cae un poco y la tercera parte es lo peor de todo, ahí se pierde el relato y la idea de sentido, podemos decir que hay un arroz con mago que no se logró amarrar. Todo el filme se sostiene gracias a labor de su estrella por mucho, todo el filme en sí misma y eso se aplaude por mucho, In tha fade es un filme que fue un intento con una idea muy buena.
Luego en la noche logramos ver el tan comentado e interesante filme animado llamado Loving Vincent que sin dudas es una experiencia hipnótica desde lo visual, pero que no alcanza para ser una buena película, y aquí es el detalle, es una obra de gran riesgo, brillante y fabulosa como lograron hacerla y es su mérito más grande y por mucho rescatable de toda la obra.
Vincent van Gogh dividía su tiempo entre los pinceles y las plumas. A lo largo de su vida pintó más de 900 cuadros e hizo 1600 dibujos, pero también escribió una innumerable cantidad de cartas, sobre todo a su hermano Theo. De las 800 que se conservan actualmente, unas 650 fueron para él, algo por ahí va el drama del filme de los directores Dorota Kobiela y Hugh Welchman.
El film de Dorota Kobiela y Hugh Welchman impacta por su particularidad estética, y no mucho más. Sus poco más de 90 minutos de metraje están compuestos exclusivamente por imágenes realizadas por pintores e ilustradores que replican el estilo y la paleta de colores del autor, como digo es una obra arriesgada y gracias por hacer esto, eso nos da una luz que podemos decir que todavía hay cine que nos sorprende.
El problema de Loving Vincent es que sus realizadores se enfocaron tanto en cómo hacer que todo funcione, que se olvidaron de algo importante, su guion, la historia es interesante, solo que se cae tiende ser aburrida, o no logramos conectar con los personajes, por partes se alarga y cuesta llegarle. Y ese pecado es el que no la hace ser mejor de lo que debiera haber sido.
Vamos, Loving Vincent es cine memorable por su forma de ser y ese aire fresco hace que sea genial, y hoy la esté comentando.